"No podemos decir que estamos fuera de peligro, pero hay signos esperanzadores" , dijo hoy Besser, quien advirtió, no obstante, de que "no se puede bajar la guardia" .
Entre los signos alentadores que mencionó, destaca el hecho de que la inmensa mayoría de los enfermos muestra síntomas leves y que la enfermedad se esta transmitiendo más lentamente en México, país que sufre el foco más importante y donde han contraído el virus algunos de los enfermos en Estados Unidos.
Besser señaló que en las pruebas de laboratorio se ha detectado que el nuevo virus del AH1N1 no tiene el "marcador" genético que tenía el virus letal que desencadenó una pandemia en 1918, que fue bautizado como la "gripe española" , en la que murieron decenas de millones de personas.
El virus actual también guarda diferencias con el del H5N1 que se propagó a mediados de esta década y que se conoció como la gripe aviar.
No obstante, el doctor Besser destacó que el virus AH1N1 es "nuevo" y, por tanto, de comportamiento desconocido, por lo que no se sabe con seguridad cómo se va a comportar en la próxima temporada de gripe, el próximo otoño.
Una de las cuestiones que está siguiendo de cerca el CDC es cómo se comporta el virus cuando llegue al hemisferio sur, que está en otoño y cerca de su etapa invernal.
"La comunidad internacional está trabajando para hacer un seguimiento del virus en el cono sur, para ver si cambia o se vuelve más severo" , dijo.
Según el último recuento de las autoridades sanitarias, en Estados Unidos hay 286 casos confirmados, de los que solo uno, un niños mexicano en Texas, ha fallecido.
El virus está presente en 36 estados, seis más de los que había constancia ayer.
Los estados donde el virus se ha propagado con mayor virulencia hasta ahora son Nueva York, con 73 casos; Texas, con 41; California, con 30; Delaware, con 20, y Arizona, con 17.
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