MÉXICO, 1 mayo 2009 (Univision).- El alcalde de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, dijo que un grupo de reclusos se amotinó el viernes en cárcel por las restricciones impuestas para impedir que el virus de la influenza humana infecte a los reclusos.
El funcionario dijo que no hubo lesionados ni muertos en la reyerta, que inició en horas de la mañana en el Reclusorio Norte, y que fue controlada.
A pesar de que las medidas afectan a los reos y sus familias, continuarán vigentes, señaló.
"Es una población que tenemos que cuidar. Yo no puedo permitir, si estoy restringiendo las escuelas, no pueden entrar 50,000 personas (a las cárceles) porque al rato voy a tener un brote ahí", declaró el alcalde a medios de comunicación.
"Tengo que tomar las medidas y se tienen que acatar. ¿Por qué? Porque es por el bien de todos", afirmó.
Por su parte, el subdirector de información de sistema penitenciario de la capital, Fernando Arroyo indicó que se registró un pequeño disturbio derivado de las medidas de prevención sanitaria contra la influenza humana pero que todo se encontraba ya bajo control.
Comida de familiares
Arroyo explicó que la principal inconformidad de los internos se deriva de que "por la suspensión de la visita (de familiares), hay una situación de inquietud sobre la comida" ya que los reclusos suelen recibir alimentos o dinero de sus familiares para adquirirlos dentro del penal.
Un fotógrafo de la AFP constató en las afueras del penal, localizado en la zona norte de la capital, que medio centenar de personas, en su mayoría mujeres que decían ser familiares de reclusos, exigían que se permitiera la visita para llevarles alimentos y dinero.
Los internos intentaron quemar un colchón y algunos papeles dentro del penal, por lo que por momentos se observó una columna de humo desde una de las ventanas, explicó Arroyo.
"Tenemos suficiente comida para alimentar a los internos", añadió Arroyo al asegurar que no se ha registrado un solo caso de posible gripe humana entre la población penitenciaria.
Afuera de la cárcel familiares lloraban porque desconocían sobre la salud de los involucrados en el motín, mientras que cientos de policías antidisturbios fueron movilizados al lugar en caso de que la pelea se saliera de control.
Este reclusorio tiene capacidad para 5,430 internos, pero el mismo sistema penitenciario reconoce que la sobrepoblación es superior al 60 por ciento.
La visita a los reclusorios de la Ciudad de México, la mayoría de ellos sobrepoblados y donde distintas mafias controlan la venta de alimentos y distintos productos a precios elevados, está suspendida desde hace una semana por la epidemia de gripe humana que ha dejado 15 muertos en el país.
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